LA POBREZA TRILINGUE


La  pobreza trilingüe

                La formación profesional de un Trabajador Social se basa secuencialmente en la intervención con las personas en situación de pobreza, campo privilegiado de acción profesional, propio de la profesión, recuerdo que en la Universidad la malla curricular traía consigo estudios de intervenciones sociales, fenómenos sociales, psicología, sociología epistemología, filosofía, antropología y un conglomerado de ciencias sociales que ayudaban a “estudiar” la pobreza y sus estados, de vulnerabilidad, riesgo, emergencia, etcétera.

                Nunca escuché hablar dentro de mi formación profesional los sentires y saberes cualitativos y el rescate de discurso de la gente que vive en situación de pobreza, sólo estudiaba “bellas” frases que amino rizaban el impacto de lo terrible que es sentirse pobre, palabras “bellas” como personas en situación de calle, niños vulnerados en sus derechos, entre otros, eran comunes en mi formación profesional, recuerdo a una profesora que hablaba muy técnicamente de la pobreza, nos hacía leer textos de intervenciones polifónicas, y desesperanzas aprendidas, claro una formación profesional teóricamente basada en el romanticismo de la pobreza, una oda particular, opero cuando la vez, la vives, la palpas, esa oda va a la basura.               

                Hoy me encuentro en Haití, el país más pobre de Latinoamérica con un IDH (índice de desarrollo humano) de 0,404[[1]](145º) – bajo. Según The World Factbook, el 80% de su población vive bajo el umbral de pobreza y dos tercios de ella son dependientes de un sector de la agricultura y pesca. El terremoto del 12 de Enero del 2010  vino a empeorar aún más la situación social, económica y de desarrollo de éste colapsado país.

                Así nos internamos en el sector de Solino, San Fil, el barrio más popular de Port au Prince, donde es común, la miseria extrema, la violencia, la delincuencia, el trabajo infantil, entre otras situaciones de riesgo.

                Vivo y trabajo en un campamento con más de 6.000 personas desplazadas que sufrieron los embates del terremoto, perdiendo casa, familiares, lo perdiendo todo. Allí es donde me encuentro con la “pobreza trilingüe”, suena paradójico decir que existe gente que vive en la miseria y que tiene un Coeficiente intelectual elevadísimo, acá muchos jóvenes y niños hablan por lo general tres idiomas (dos comunes para el pueblo haitiano que es el kreyòl haitiano y el francés) y a la vez dominan el español y el inglés por lo general estudian más de 12 horas al día, las 8 horas del colegio (los que tiene el dinero de pagarlo) y el resto es cotidiano verlos bajo el sol con un cuaderno y un lápiz.

                Pienso a veces que la única salida, el único escape de la situación tormentosa que viven es un libro, un cuaderno, un lápiz.

A mi llegada a Solino sentía una impotencia abismante al ver tanta capacidad y ninguna oportunidad, la teoría social se me desmoronaba día a día, lentamente, donde los conceptos de empoderamiento se hacían una utopía.

Hablando con ellos, me doy cuenta que lo único que quieren es salir de Haití buscar una nueva vida en otro país, me doy cuenta del impacto que causa que es la imagen país de EEUU, Europa, Chile, Argentina, Brasil… -por ejemplo- todos los haitianos tienes sus ojos puestos en éstos países donde ven una oportunidad de salir de la miseria, una oportunidad de ser felices.

                Soy chileno viví por 22 años en Chile, toda mi vida la hice en Chile, tengo amigos de color en Chile, justamente son unos haitianos que llegaron  Chile hace unos 5 años atrás, ellos mismo han vivido la discriminación de “ese” solidario país, en la locomoción colectiva recuerdo como me contaba ésta amigo haitiano cuando un chileno le dice “córrete negro tal por cual, devuélvete a tu país”… así pienso lo difícil que es la vida de la gente de color, de la gente negra.

Es irreal, acá yo soy el extraño, el distinto y lo que menos me siento es discriminado, día a día las personas del campamento me dicen “bel”, “bel Chebe”, “bel Kolué”, “Bel gasón” – “bello”, “Cabello bello”, “Color de piel bello”, “hombre bello”. Alegorías incesantes día a día, una fantasía, sabiendo que en Chile nadie se lo diría a una persona de color – bueno hay excepciones mínimas-  así las dicotomías del mundo se hacen evidente, se hacen dialécticas.

                Concluyo que la pobreza es trilingüe, que se vuelve más vulnerable al ser de color negro, que se hace más insoportable al vivir siempre con el riesgo de la muerte, de la miseria del hambre, veo que esas personas desaparecen en un libro, un escape real que se acaba cuando cierran ése cuaderno y vuelven a sentir el hambre, la discriminación, la falta de oportunidades.

                Pero ellos me enseñador a sonreírle al dolor, a ser feliz en medio de la tribulación, dónde jamás en mis tiempo viviendo en Haití vi  una lágrima salir de sus ojos, sólo vi ésa radiante sonrisa blanca, que me da esperanza, de que un mundo nuevo si es posible.















Mayo 2011.



  1. [1] PNUD (4 de noviembre de 2010). hdr.undp.org (ed.): «"Informe sobre Desarrollo Humano 2010 Edición del Vigésimo Aniversario"» (en español) (PDF). Consultado el 21 -05-2011








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